El sueño de convertirse en odontólogo es ya posible entre personas
sin movilidad en las piernas, gracias a una novedosa tecnología
que controla el pedal del sillón desde un pulsador que el odontólogo
acciona con la mano pero dejando libertad en parte de los dedos
para manejar al mismo tiempo otros utensilios.
El sistema, un prototipo que acaba de finalizarse, está siendo ya
probado con éxito por personas con movilidad reducida en las
piernas; su desarrollo ha corrido a cargo de un equipo de
investigadores de la Universidad Europea.
Se trata de una tecnología portátil relativamente ligera, con poco más de un kilogramo de
peso en su totalidad, y además fácilmente manejable y con la posibilidad de ser incorporado en
cualquier sillón odontológico.
Así lo ha explicado a EFE uno de sus desarrolladores, el profesor Juan José Escribano Otero, quien
además es director del Departamento de Informática Automática y Comunicaciones de la
Universidad Europea, y que junto con el profesor Sergio Bemposta figuran como inventores del
sistema en la solicitud de patente.
Desde el punto de vista tecnológico, el aparato consta de dos piezas: por un lado, un soporte
sobre el suelo que actúa sobre el pedal (una especie de cascanueces de aluminio), y por otro, un
dispositivo desde el que se regula la fuerza y que transporta cómodamente en el bolsillo de su bata
el profesional, lo que le evita tener que cargar con él en la mano.
Este regulador de la presión es un pequeño dispositivo con forma de petaca que funciona como
un mando, desde donde se envían las órdenes o señales vía wireless (sin cables) hasta el soporte
fijado en el pedal.
Su funcionamiento lo acciona el profesional con un pequeño pulsador en la mano retenido
dentro del guante para que no se le caiga mientras trabaja.
La ventaja del wireless en el envío de señales es que evita la existencia de cables colgando
entre el dispositivo y el sillón odontólogo “que podrían enredarse con la silla de ruedas”
del profesional y además “molestar” al paciente, según su creador.
En el caso de la conexión del dispositivo regulador de fuerza con el pulsador se ha tenido que
recurrir a un cable de escaso grosor que el dentista lleva escondido en la manga de la bata porque
el wireless habría exigido una fuente de alimentación en el pulsador; eso habría incrementado
su peso y tamaño en detrimento de la movilidad manual del profesional.
La posibilidad de que el sistema llegara a fabricarse de forma industrial reduciría su precio al
entorno de los 150 euros; actualmente el coste del prototipo es de unos 1.200 euros.
Fuente: Odontoespacio
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